Sabor a agua salada
Sólo las oscuras calles y la luna escuchan su llanto desamparado. No es la lluvia que cae lo que humedece sus ojos, son las vidas pasadas, las horas invertidas en cortinas de aire, que se esfumaron de golpe. Elige la banda sonora más autodestructiva del mundo. Cómo latigazos siente punzadas que sacuden su corazón, rompiéndolo a trizas. Oleadas de tristeza recorren su cuerpo, es imparable. No encuentra consuelo alguno, ni solución viable al recordar lo que fue y en lo que se ha convertido.
Pequeña sonrisa de Amelie...