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martes, 30 de agosto de 2016

viernes, 26 de agosto de 2016

La última página

          ¿Quieres decir algo?   

Ahí está lo difícil de estos tiempos: la terrible realidad ataca y aniquila totalmente los ideales, los sueños y las esperanzas en cuanto se presentan. Es un milagro que todavía no haya renunciado a todas mis esperanzas, porque parecen absurdas e irrealizables. Sin embargo, sigo aferrándome a ellas, pese a todo, porque sigo creyendo en la bondad interna de los hombres.
Me es absolutamente imposible construir cualquier cosa sobre la base de la muerte, la desgracia y la confusión. Veo cómo todo el mundo se va convirtiendo poco a poco en un desierto, oigo cada vez más fuerte el trueno que se avecina y que nos matará, comparto el dolor de millones de personas, y sin embargo, cuando me pongo a mirar el cielo, pienso que todo cambiará para bien, que esta crueldad también acabará, que la paz y la tranquilidad volverán a reinar en el orden mundial. Mientras tanto tendré que mantener bien altos mis ideales, tal vez en los tiempos venideros aún se puedan llevar a la práctica…


Ana Frank, 15 de julio de 1944



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miércoles, 24 de agosto de 2016

martes, 2 de agosto de 2016

Historia de sueños mezclada con realidad

          2 se atrevieron a hablar   


Un cuarto de mi vida estoy haciendo algo. El tiempo restante estoy pensando cómo hacerlo o dejándolo de hacer. En otras ocasiones tengo la sensación de que la vida realmente me echa un cabo, pero que nunca soy capaz de verlo y agarrarme a él. O que no quiero. Porque prefiero quedarme en la cama pensando en ti. Pensando en Sudáfrica, o Noráfrica, o lo que sea. A veces también pienso en las personas que me he cruzado en la calle, o quien tiene que tener todo mi dinero. Ocasionalmente sueño, sueño con muchas cosas, casi más que en las que pienso. Una vez soñé con un ascensor que no funcionaba, apretaba el botón y esperaba y esperaba, y volvía a apretar, lo encajonaba, comprimía, oprimía, presionaba... pero nunca subía. Así que subí por las escaleras, pero ninguna era lo suficientemente alta como para llegar a ningún lado; algunas cosas nunca cambian. Alguien en la tele le grita a otro alguien mientras los pensamientos razonados marchan en fila de uno por el pasillo hacia algún lugar remoto y desconocido. Y mientras yo intento hacer funcionar todo esto.


Cariño, es un trabajo duro.


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