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domingo, 30 de septiembre de 2012

Dicen

          5 se atrevieron a hablar   
Dicen que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde, dicen que querer es poder, dicen que a la tercera va la vencida, dicen que lo imposible es atractivo, dicen que quien no arriesga no gana, dicen que el que tuvo retuvo, dicen que una mirada vale más que mil palabras, dicen que de todo se aprende, dicen que el movimiento se demuestra andando, dicen que no hay mal que por bien no venga. Pero... las verdaderas reglas no están escritas.




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viernes, 28 de septiembre de 2012

Dicotomía cerebral

               ¿Quieres decir algo?   


Hoy la lluvia a vuelto a empapar las calles. En verdad creo que nunca se va, solo se queda esperando al momento más adecuado para aparecer de nuevo. Es como las faltas de ortografía o la contaminación, uno hace todo lo posible para erradicarlas, y de hecho llegas a creer que lo has conseguido y te vanaglorias ufano de los méritos alcanzados. Pero cuando menos te lo esperas... ¡zas! Elevas la cabeza y ahí está, esa capa amarilla pringosa que se adhiere a tus pulmones y se revuelca apestando a nicotina, alquitrán y gases tóxicos. Incluso revisas un texto y te das cuenta de que has escrito "a vuelto a empapar las calles". Pero la lluvia no es lo único que moja en estos días, también lo hace ese declive otoñal, tan cargado de decaimiento y degeneración, con la salvedad de que la lluvia es notablemente más beneficiosa. Ya se sabe: riega los campos, purifica el aire, inspira rimas fáciles a poetas enamoradizos, hace que los melancólicos salgan de sus guaridas... Quizás lo del declive otoñal sea solo cosa mía. Efectos colaterales de una lámpara con una única bombilla que nunca funciona como debiera y respirar el aire viciado y cargado de humo. También cabe la posibilidad de que la inactividad neuronal continua haya provocado un suicidio masivo de las mismas, en una especie de ritual satánico y bizarro.  ¿Por qué no follarían cantarían por la paz, el amor, el medio ambiente y las cosas bonitas del mundo en vez de reventarme la cabeza?  No lo sé, creo que simplemente mi subconsciente se aburre y para entretenerse juega al gato y al ratón conmigo. Da igual la vida sigue. El lunes empezará otra vez esa rutina tan mortífera y peligrosa como el aire que entra en mis pulmones a 10 inhalaciones por minuto y oficialmente se habrá acabado la vida.

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