Ahogada en la atmósfera de Saturno, nunca estuve tan lejos de tu piel.
Cierro los ojos y trato de recordar el rincón donde abandoné el mapa de mis sentidos. ¿Quizás prendido en algún parpadeo tuyo? Sálvame esta noche, rescátame de mí misma, de este absurdo viaje que me lleva a mundos que no me pertenecen, a ideas que no comparto, a historias que ya no quiero escribir. Sálvame esta noche, retira mis pasos de esa línea blanca de salida que me inunda de horarios y llamadas, de palabras parpadeantes en una rayada pantalla digital. Sálvame, sálvanos de las 37 pulgadas del mundo oficial. Tú conduces, yo te sigo; tú apagas la luz, yo sueño. ¿Todo acabará aquí? Tú serás sólo un sueño, un placebo que amortiguará mi dolor y bloqueará el martirio de esta última soledad, el sinsentido de vivir la pesadilla de otros. De fondo, un sol que se extingue sin saldo, un corazón sin batería, un futuro sin aire.
Por que ese sol no se agote, porque pueda verse a lo lejos, por que se descanse del peso que se carga, por que sea un buen año.
ResponderEliminarUn abrazo. Felices días.
A veces no hay salida. O todavía no existe.
ResponderEliminarSiempre nos quedarán los sueños. Espero. Y si los pierdes... entonces vive para encontrarlos.
no se si entendi lo que quisiste decir, pero me asocie directamente a mis hroas largas de mirar peliculas sobre gente como yo que sufren pero al fin y al cabo las cosas les salen bien... es mas facil esconderse tras la pantalla y fantasear con una realidad diferente... hay despegarse y vivir. tenes toda la razon :)
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