Siempre nos dicen que todo lo que hemos vivido es lo que somos ahora. Que cada momento de nuestra vida es lo que nos ha formado y lo que ha hecho que seamos como ahora mismo somos; que tengamos cierta visión de las cosas, que actuemos de una manera determinada, que seamos susceptibles, incrédulos, confiados, temerarios, agresivos, desafiantes, sinceros, sosegados, salvajes... Lo que sea.
Puede que sea así, pero la verdad es que no quiero saber cómo podré ser dentro de 10 años, ni quiero saber lo que estaré haciendo, porque eso supondría saber lo que me toca vivir en los siguientes 3650 días.