"La cama grande toda para ella, estrenando sábanas y de postre, la lluvia. Abre las piernas, el camisón es suave y se toca un poco la piel, se acaricia. Se queda ahí todo el tiempo del mundo, hasta abrir los ojos sin forzarlos y ver los haces de luz en la pared que hacen juego con el ruido del mundo exterior."
Cada suicidio es un sublime poema de melancolía.
"La cama grande toda para ella, estrenando sábanas y de postre, la lluvia. Abre las piernas, el camisón es suave y se toca un poco la piel, se acaricia. Se queda ahí todo el tiempo del mundo, hasta abrir los ojos sin forzarlos y ver los haces de luz en la pared que hacen juego con el ruido del mundo exterior."