Estoy convencida de que nosotros no nos encontramos en un diccionario. Si te defino, te limito. Y esto lo sabe muy bien cada parte de mí cuando una mariposa se infiltra en su diafragma y empieza a revolotear, sincronizándose entonces unas con otras, partiéndome al fin en todas las unidades vivas de mi cuerpo con las que puedo quererte más allá de las leyes de la gravedad. Más allá de un par de palabras que no sustituyen, ni mucho ni menos, la eternidad de besos que nos quedan por darnos.
Allí mismo, donde la respiración reposa
Estoy convencida de que nosotros no nos encontramos en un diccionario. Si te defino, te limito. Y esto lo sabe muy bien cada parte de mí cuando una mariposa se infiltra en su diafragma y empieza a revolotear, sincronizándose entonces unas con otras, partiéndome al fin en todas las unidades vivas de mi cuerpo con las que puedo quererte más allá de las leyes de la gravedad. Más allá de un par de palabras que no sustituyen, ni mucho ni menos, la eternidad de besos que nos quedan por darnos.