Echarnos la culpa ya no sirve de nada
Me acuerdo que hablábamos mucho, pero en realidad no decíamos nunca nada. Quienes mejor se comunicaban eran nuestros cuerpos. Ellos solos arreglaban cualquier problema. Incluso los graves. Te enojabas cuando te decía que nuestra relación se basó en lo físico más que en lo químico. Me decías que para tener sexo se puede buscar a cualquiera, que entendiera la diferencia entre hacer el amor y el más puro instinto. Y supongo que tienes razón, pero desde que descubrí que el placer es la felicidad de un momento y que el amor se fija más en otras cosas empecé a disfrazar la pasión con el amor, y al final, nos jodimos mutuamente.
Es lo que tiene cuando se mezclan conceptos. Muy bueno.
ResponderEliminarUn abrazo.
Increíble texto, me he quedado sin palabras y eso para una persona que piensa que es incapaz de callarse es mucho decir jejeje Simplemente hermoso
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