Sé que debería salir fuera y enfrentarme al mundo, o peor aún, quedarme dentro y asumir todos los sueños que se han quedado sin cumplir. Pero solo tengo ganas de quemarme la punta de los dedos.
Ya saldré cuando pueda volver a contar historias de nosotros, deje de hipnotizarme el azul eléctrico del fuego, o, en su defecto, se apaguen todas las velas.
Me encanta la entrada: Titulo impactante, texto sincero, foto perfecta...solo puedo decir que supongo que todos después de caernos necesitamos un tiempo para volver a tener ganas de caminar.
ResponderEliminarPor desgracia a veces no solo se necesita tiempo sino también algo de ilusión, y eso es mucho más difícil de conseguir cuando se ha perdido. A ver como termina esta historia.
EliminarMuchas gracias por tu comentario :) Esas pequeñas cosas te animan cuando estás mal.