Mil calles llevan a ti
No sé cuantas veces te habrás reído con mis bromas y yo no sé cuantas veces me habrán dado ganas de abrazarte. Tampoco sé como sigues siendo un funambulista sin red que sonríe mientras sabe que se juega la vida a cada paso que da, pero que no le importa. Y mientras mantienes el equilibrio me hablas de tejer la vida con señales del destino. ¿Somos así porque queremos o porque no hay nada más que ofrecer? Cada vez que te vas y los segundos nos separan me tengo que esforzar por adivinar donde estoy, donde estás tú y donde están todas esas cosas de las que me había olvidado.
Últimamente mis pies me piden correr. Y corro, vaya si corro, tan rápido que no logro ver las paredes donde tantas veces me doy de bruces.