Vivir no es solo existir
Últimamente inunda el vacío.
Y no es que no haya historias o razones (precisamente de esto hay y a raudales). Fallan las palabras. Un exceso de inefabilidad y de drama. Una falta de calma y comunicación. La vida, en su máximo esplendor.
Cuando la juventud me favorecía me falló el espacio; cuando el espacio me favorecía me falló el tiempo; y cuando tiempo y espacio me favorecieron me fallé yo.
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