Alguna vez todos hemos deseado secretamente sufrir un accidente. Un pasaje dramático y personal de la vida, batallando contra el mundo, quizás suficiente tan solo durante unos instantes, quizás días, semanas o meses. No con intención real de sufrimiento sino para detener la propio auto-laceración diaria. Oprimirnos y exprimirnos sin saber si explotar para fuera o hacia dentro. ¿Qué esperamos? La educación y los compromisos y todo el contexto sirven para mantener un equilibrio social, artificial y muy muy local dentro de una espiral multidireccional; conceptos creados para llegar a satisfactores alcanzables que poco tienen que ver con la realidad. Quizás el tiempo, quizás la fuerza o la necesidad o cualquier otra conducta convenida muestra la diferencia entre creencia y futilidad.
No hay objeto que ilustre más gráficamente el poder de la gravitación que un agujero negro, pero la eternidad es larga y todos los agujeros negros, hasta los supermasivos, terminarán seguramente por desaparecer.
Alguna vez todos hemos deseado secretamente sufrir un accidente. Un pasaje dramático y personal de la vida, batallando contra el mundo, quizás suficiente tan solo durante unos instantes, quizás días, semanas o meses. No con intención real de sufrimiento sino para detener la propio auto-laceración diaria. Oprimirnos y exprimirnos sin saber si explotar para fuera o hacia dentro. ¿Qué esperamos? La educación y los compromisos y todo el contexto sirven para mantener un equilibrio social, artificial y muy muy local dentro de una espiral multidireccional; conceptos creados para llegar a satisfactores alcanzables que poco tienen que ver con la realidad. Quizás el tiempo, quizás la fuerza o la necesidad o cualquier otra conducta convenida muestra la diferencia entre creencia y futilidad.