Solicitudes
Después de semanas de negaciones, rechazos y oposición, suplicaste e imploraste por un orgasmo. Las cosas que dijiste que serías capaz de hacer, honestamente, algunas me sorprendieron hasta a mí. ¿De verdad serías capaz? Y finalmente, cuando te estoy dando lo que querías, ahora, ¿me suplicas que pare? No, no querida, conoces las reglas. Siempre las has sabido, así que no puedes siquiera pretender que sienta compasión por ti.
Aún estaré escuchándote gritar durante un buen rato...