Hoy es tiempo de lluvia sobre esta ciudad de calles estrechas; lugares donde el agua cae a ras de calle
y va dejando pequeños recuerdos. Algunos fantasmas de ayer siguen caminando frente a la vieja casa de muros desnudos y se detienen en las esquina, esperando un poco de lo que ya no existe.
Mientras, sobre nuestras cabezas se viene anticipada la noche por un cielo de cenizas que avanza desde lugares lejanos.
¿Qué ocurrirá ahora? No se sabe. Después de todo conocer algo implica necesariamente sufrir por ello.