lunes, 29 de julio de 2013
miércoles, 24 de julio de 2013
Parafilias (y parafobias) I
Todavía no se ha cerrado la puerta y ya su mano exploradora busca. La conversación continúa alrededor. Ella sonríe: desde que viste faldas con mucho vuelo es todo más fácil. Hay más gente que otros días en el ascensor. Siente la mano que sube por sus muslos y se aventura en su cara interna. Vuelve a sonreír cuando percibe la sorpresa de él, su breve titubeo al descubrir que no lleva bragas. Pero no hay tiempo, la mano avanza y dos dedos entran con decisión, se demoran, juegan. Ella separa un poco las piernas, se deja llevar. Cuando el ascensor aminora él se acerca más, casi siente su aliento detrás, en la curva del cuello. Se abre la puerta, los compañeros van saliendo. Sus ojos se encuentran un momento, él se lleva entonces los dedos empapados a la boca y ella nota en las mejillas el calor del rubor, y otro calor más urgente le arde en el vientre.
Se separan. Mañana, con suerte, el ascensor irá más lleno... o quizá vacío.
martes, 23 de julio de 2013
Querido Charles
Siempre he sostenido que todos somos iguales, más allá de diferencias propias culturales y antropológicas, tenemos las mismas obsesiones. Pasión, sexo y muerte. Ya está, esto es todo. No importa lo que leas, de lo que hables o lo que pienses. Al final, de una manera o de otra, todo lleva a lo mismo. Muchas veces ocurre de una manera velada y sutil, por lo que es difícil evadir esa red compuesta por un acervo cultural que venimos arrastrando desde hace años y años. Por eso, al final todos volcamos las mismas obsesiones. Carece de importancia la combinación de palabras y comas que uses, si hay más o menos adjetivos, si es más o menos desalmado o lacerante. Ya ha sido escrito. Y sobretodo, ya Bukowski lo habrá echo mucho mejor que tú. Ni si quiera la inspiración es original, por tanto solo queda copiar con estilo.