Cuando la desesperación es insoportable, cuando el miedo abruma, cuando la ira explota, cuando sientes que todo es nada y la nada lo es todo; ahí, ahí es cuando sabes que estas totalmente perdido en la inmensidad de tu propia conciencia. Y entonces, ¿qué más queda?
Que el tiempo se detenga. Todo pasa muy rápido.