Para recuperar tu vida solo tienes que caminar. Un paso. Otro paso. Uno más.
Fuertes y enérgicos, suaves y silenciosos, poco importa. Pasos largos, pasos cortos. Si pocos o endebles; si muchos o difíciles, da lo mismo.
Para recuperar tu vida aléjate del ruido.
Recuérdate (siempre). Olvida (lo necesario). Mira hacia adelante (continuamente).
Y nunca te olvides de seguir caminando.